Ayer asistí a una concentración en Sevilla que mostraba la repulsa por la puesta en libertad bajo fianza de los 5 miembros de La Manada. No voy a entrar en muchos detalles sobre el caso porque el post de hoy no quiere volver hacerlos protagonistas a ellos, sino a ellas, pero creo que es necesario un brevísimo resumen para poneros en antecedentes:

22 de Junio de 2018 – Manifestación contra la puesta en libertad bajo fianza de la Manada.
Cinco individuos sevillanos que en los San Fermines de 2016 (Pamplona, Navarra), atentaron contra la libertad de una joven y ejercieron una violación en grupo. El caso fue catalogado como «abuso sexual» y no «agresión sexual», de ahí que la condena no entrara en lo que la acusación y Fiscalía exigían debido a un problema de forma de nuestra legislación. La sensibilización por este caso y las paradojas de nuestro sistema judicial, hicieron que millones de mujeres se lanzaran a la calle para «acoger» a la víctima que podría haber sido cualquiera de ellas o alguien cercano, así que se sucedieron una serie de movilizaciones, sin embargo, no llegó una condena ejemplar: 9 años de prisión para cada uno. Para sorpresa de muchos, tras 2 años en prisión, salta la noticia de que la Audiencia Provincial de Navarra ha puesto en libertad bajo fianza (6.000€) a esos cinco individuos.
Pues bien, esta última noticia, hizo avivar aún más a la sociedad que ya estaba caldeada con el caso. Se organizaron diversas concentraciones en diferentes partes del país, entre ellas, Sevilla (Plaza Nueva, 20h). Si ya de por sí impresiona ver las imágenes a través de la pantalla de las calles españolas llenas de empatía, no sabéis la emoción que se vive en vivo y directo. Mujeres (y hombres que apoyan la causa), que ante la injusticia de la sentencia y el sentimiento de desprotección, se unen para alzar la voz y que se las escuche de verdad, que la normalización cambie y se conciencie a la sociedad de que hay que denunciar y luchar por nuestros derechos.
Dejando claro que lo peor no es que te pase, lo peor es que no te crean, de ahí el lema #HermanaYoSíTeCreo tras las críticas a la víctima y puesta en duda. Mujeres que se han adueñado del término «Manada» para defenderse y protegerse las unas a las otras: «Tranquila, hermana, aquí está tu manada».
A pesar de las desgracias e injusticias, España es un país que sabe unirse ante la adversidad, la sociedad española siempre sabe sacar fuerzas de donde no las tiene para demostrar un enorme sentimiento de solidaridad y empatía, lo vemos casi a diario en sanidad con las donaciones de sangre y órganos; pero sin duda, este caso ha despertado a todo el mundo.
Entre mujeres siempre ha existido una rivalidad impuesta por ciertos cánones, llena de envidias y daño innecesario. Sin embargo, en la última década se ha creado una corriente de sororidad que está tirando por tierra todos esos clichés.
«Si nos tocan a una, nos tocan a todas».
El poder de la unión, del sentirse comprendida y reflejada en una «hermana», el saber que no estás sola y que esta vez irás acompañada a casa sin temor a que te asalten o tener que agarrar las llaves con fuerza y acelerar el paso con cualquier ruido o movimiento sospechoso a tu alrededor.
Despertar consciencias y actuar frente a la adversidad es el nacimiento del cambio, ahí está la evolución, en la calle, no en un sofá quejándote de lo mal que está el mundo y qué mierda de sistema tenemos. Las quejas no van a ninguna parte si se pierden en los posos del café.
Me entristece pensar que muchas veces el feminismo sea catalogado de feminazismo por gente radical que no apoya la causa ni la igualdad de la mujer, gente que no es capaz de informarse y prefiere seguir un rebaño de ovejas negras para que no desentone su color gris. Esto no es un odio a los hombres o erradicación de su rol en la sociedad, no señores, esto es un sentimiento de impotencia ante un sistema patriarcal que no concuerda con la sociedad que avanza y conoce sus derechos. Simplemente se lucha en primer lugar por un altavoz para llegar a todo el mundo y en segundo lugar para que las mujeres sean dueñas de su propio destino y no «el sexo débil» que estaba a la sombra del hombre. Las mujeres también tienen luz propia y hoy por hoy lo están demostrando. Si no quieres sumarte, al menos respétanos.
No podemos cambiar este caso ni muchos otros que por desgracia ocurren a diario, pero sí podemos empezar a activar protocolos de prevención y protección. Así que para terminar con este post, quisiera dejaros varios enlaces para ampliar la información sobre el tema, entre ellos, os recomiendo un libro de Nuria Varela para los que como yo aún estamos aprendiendo sobre la materia:
- Feminismo para principiantes – Nuria Varela.
- Protocolo de Atención sanitaria a víctimas de agresiones / abusos sexuales (Protocolo Cantabria).
- Guía de indicadores para la detección de casos de violencia sexual y pautas de actuación dirigidas a los Centros de Protección de Menores (Guía Andalucía).
- Por una sociedad libre de violencia de género (Violencia de género – Gobierno de España)