¿Y qué si tiene fecha de caducidad? Si lo que vivimos en esta burbuja es ahora nuestra realidad. Sin reloj y al compás de mis latidos, te fuiste metiendo sin hacer ruido. De igual a igual… pero yo siempre quise más.
He aprendido quién soy caminando de tu mano, no he perdido el tiempo por mucho que me digan, ha sido la mejor inversión de mi vida. Me dan igual los kilómetros, las distancias compartidas, los silencios que gritan bienvenida, los rostros que te nombran siempre a medias dividida…
En cada estación una nueva despedida.