Micromomentos #8

Eran dos almas gemelas dispuestas a encontrarse, cada una había recorrido una vida totalmente opuesta a la otra, era impensable que pudieran congeniar tan bien habiendo experimentado situaciones tan diversas. Emprendieron un viaje a lo desconocido con ganas de encontrar el giro de sus vidas y a mitad de camino acabaron coincidiendo. Nadie supo cómo, ni porqué, pero enseguida se convirtieron inseparables. Todo lo que para los demás eran incompatibilidades, para ellas se abría un punto en común.

¿Cuál fue el secreto?

He aquí lo que las unió: un corazón roto.

Como bien dijo Emily Dickinson una vez, nadie se acerca a un corazón roto sin el alto privilegio de haber sufrido lo mismo.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.