Se sentó en aquella parada esperando al tren que lo transportaba a su rutina todas las mañanas. Se escuchaban los lamentos de un violinista a través de las cuerdas frotadas con mimo. Y entonces… esa melodía, esa canción que cambió el color de la estación… cuando su memoria empezaba a poner cara a las sombras de aquellos sueños que se repetían constantemente, una voz evitó el descubrimiento: «…va a efectuar su salida en unos minutos».